01 noviembre 2015

ALFRED STREET



 It was fun while it lasted!

Cuando mi compañera de andanzas y yo llegamos a la histórica ciudad de Bath, en la región del South West, de Inglaterra, creímos haber descubierto un nuevo mundo casi, casi, como cuando Cristóbal Colón y Hernán Cortés llegaron a América, claro que ellos llegaron hace más de quinientos años y nosotras a finales de los ochenta. 

Bath Spa Train Station
foto de Mattbuck - WikiMedia Commons
Desembarcamos en Bath Spa Train Station, con cuatro maletas y unas cuantas pounds; ¡no habían indios! pero si nativos ingleses, y una dirección a encontrar con nombre de Santo y portal en una Terrace House. Mi compañera con conocimientos más prácticos que yo de inglés y yo con una Filología acabada, no supimos descifrar eso de la Terrace House, nos sonaba a una casa con terraza. Pero claro, entonces en nuestro pueblo todavía no se estilaba eso de los adosados. Pero dicen que preguntando se va a Roma, aunque fuera en Spanglish, y al final, encontramos nuestra Terrace House

The Abbey - visitbath.co.uk
Después de varios cambios de dirección, y de trabajos de washing up y cleaning, ¡a mucha honra y grandes juergas!, finalmente nos instalamos en un flat en Alfred Street, una pequeña calle del centro de Bath. Entonces ya éramos cuatro, en un piso posh (pijo); two double bedrooms, lounge and one bathroom (sin bidet, ¡en UK no se estila!),  ¡ah! y cocina independiente con vistas a la Abbey. Lo más yuppie los sofás del salón, estilo Laura Ashley  (¡más o menos el Corte Inglés en nuestra tierra!); pero lo que no tenía desperdicio era el airing cupboard – un armario donde estaba dentro la caldera y tenía estantes para poner la ropa húmeda a secar (¡y nosotras con nuestra procedencia mediterránea buscando el tendedero!).

Alfred Street, Bath - copyright@rightmove.co.uk
Todo era happy times, hasta que un día al intentar volver a nuestro flat quisimos coger un taxi, y nos encontramos que nuestra calle se había perdido. Cuando el taxista nos preguntó la dirección, contestamos claramente, ¡Alllfred Street! please; y el taxista simplemente nos dijo: “Sorry, I don´t know that Street” (no conozco esa calle); volvimos a intentarlo más despacio, A l l l f r e d   S t r e e e t; pero no hubo suerte, el taxista contesto: “There is no such street in Bath” (en castizo, ¡que nos habíamos quedado sin calle!). De repente una de nosotras tuvo una brilliant idea, le escribió la dirección en un papel al taxista, y entonces, ¡zasss! apareció la calle, el taxista pronunció las palabras maravillosas: “oh! you mean (quereis decir), Aaaafred street!”; nos miramos atónitas, y latinas como éramos podéis imaginar que estábamos pensando, ¡Joodeer, y que estamos diciendo! 

Esa fue una de nuestras primeras lecciones prácticas en fonética, que las vocales en inglés no son las mismas que en español y que size matters (el tamaño sí importa). Normalmente delante de una “l” seguida de consonante como en este caso, Alfred, y al igual que delante de una “r”, la vocal se alarga, y ni apenas se percibe la “l” ni la “r”. Nuestra calle así paso de ser: [alllfred street] a ser [aaaafred street]. Así que cuando en el diccionario veáis los dos puntitos en la pronunciación entre corchetes [..:], no creáis que están ahí de decoración, quiere decir que la vocal anterior se alarga y la consonante que sigue pierde toda su fuerza. La palabra Car pronunciada a la española parece más el carro de Manolo Escobar que un coche de nuestra época [Ka:].


¡QUE NOS QUITEN LO BAILAO!
(It was fun while it lasted!)



see you in my next post!


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